terapia de contraste
La terapia de contraste, que combina la exposición al calor (como el sauna) y al frío (como el cold plunge), estimula la circulación, fortalece el sistema inmunológico y acelera la recuperación muscular. Este cambio de temperaturas activa el cuerpo y la mente, reduce la inflamación, mejora el estado de ánimo y promueve una sensación profunda de bienestar físico y mental.

La terapia de contraste no tiene una única forma “correcta” de empezar: algunas personas prefieren iniciar con calor, como el sauna, para relajar el cuerpo y abrir los poros antes de sumergirse en frío. Otras eligen comenzar con el plunge, activando el sistema nervioso y despertando el cuerpo desde el principio. También es común alternar entre frío y calor varias veces durante la sesión, lo que intensifica los beneficios circulatorios y energéticos. Todo depende de tu intención: ¿buscas energía o relajación? Escuchar al cuerpo y experimentar diferentes secuencias es parte del proceso de reconexión.